«Vivimos sometidos a tantos impactos de marcas diferentes, que todo lo que nos rodea bulle de títulos, logos y etiquetas, resulta casi imposible ignorarlo. Soy capaz de descubrir una cierta estética en esas cosas, por eso cuando dibujo un objeto como un coche lo elijo conscientemente porque ya he entendido de qué va esa marca, su ética, y por qué quiero inmortalizarla en un cuadro»,
Él es Misha Nikatin, un artista moscovita, que se ha especializado en inmortalizar la belleza del mundo que le rodea, de esas cosas más cotidianas que, tal vez, a ojos de otra u otro podrían pasar desapercibidas, pero que para él suponen una fabulosa fuente inspiración. No importa si es una silla al borde de una piscina, un abrigo, una puesta de sol a través de la persiana, un reloj que marca horas digitales… todo se convierte en arte a través de su pincel.
¿Y qué es el arte si no eso: pura capacidad de transformar la realidad en otra cosa?
Me encanta…










































