Vivimos en un mundo complejo. Cada día lo es un poco más. Un mundo en el que todavía existen las guerras. Un mundo en el que todavía peleamos entre vecinos por unos cuantos kilómetros cuadrados, por poder. El poder.
Un mundo que, a pesar de todo, sigue siendo nuestro mundo.
Por eso, hoy, quiero dedicarle una mirada melancólica, sí, pero también bella, íntima, poderosa. Una mirada a rincones en los que el ser humano puede conectar con su entorno, consigo mismo, con la naturaleza. Una invitación a la reflexión, al silencio, a la vida.
Esto es Beyond The Edge of The World, del fotógrafo Henri Prestes. Y es fabuloso. Poesía.







