Una de las cosas que más me fascinan de la inspiración, es que llegue en cualquier momento, en cualquier lugar. Que estés cerrando los ojos y justo antes del primer sueño, sin previo aviso, tengas una iluminación y sepas, exactamente, cómo acabar aquella historia a la que llevabas tiempo dándole vueltas. O que te despiertes una mañana, salgas a pasear con tu cámara, y te descubras inmortalizando las maravillas que te rodean, construyendo tu propio imaginario. Un mundo por compartir. Pura creatividad. Pura vida.

La fotógrafa y artista alemana, Marina Weishaupt, describe así uno de esos momentos: «una mañana temprana en los humedales cercanos a mi ciudad natal, cuando los primeros rayos de sol tocaron el paisaje que nos rodeaba, la niebla se hizo más espesa y dejó que la naturaleza que nos rodeaba brillara con los colores más cálidos«. Y, aunque las palabras evocan, su cámara nos deja un regalo mucho más intenso, como si pudiéramos acompañarla en ese baño de naturaleza. En silencio. Sintiendo el renacido sol acariciándonos el rostro.

Y es que, recuérdalo, estés como estés, estés donde estés, siempre vuelve a salir el sol. Es más, ahora mismo está saliendo en algún rincón del planeta.

Disfruta del paseo…