Uno podría caer en la tentación de pensar que la fotógrafa eslovaca Mária Švarbová tiene cierta obsesión con el agua y las nadadoras. Sí. Se puede caer en esa tentación. Porque, sí, sus fabulosas fotografías tienen ese elemento común, iluminadas por unos colores que resultan contagiosamente fascinantes, como si estuvieras contemplando un cuadro. Como si esos protagonistas que viven bajo el agua estuvieran esperando su momento para protagonizar una historia jamás escrita. No todavía.
Sí, puedes caer en esa tentación. Yo lo he hecho porque, ¿sabes qué? a mí, esta tentación, me parece bella. Y más cuando tienes el talento de Mária.
Esta historia empieza justo así, aquí y ahora…




















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