… porque al final se trata de eso, de aprovechar y de guardar cada instante, de recordar que nada se repite, que siempre avanzamos, Siempre.
Así que me voy hasta Varsovia de la mano del fotógrafo Erik Witsoe. Se trata de un declarado enamorado de los pequeños momentos, esos que se apoderan de sus emociones y se convierten en sus retratos. Para él son instantes que reflejan su felicidad, su vitalidad, y las comparte esperando contagiártelas.
Al final, algunos contagios sí merecen un positivo.













































