Ya, que no es la típica pregunta que te formulas un sábado por la mañana, por decir algo, Pero si alguna vez has mirado a tu alrededor y te has preguntado si esa ciudad en la que vives (o que visitas) podría verse diferente si el gris dejara su protagonismo a una paleta más cálida, la respuesta es sí. Mucho. Tanto que parecería sacada de un cuento.
Ese es el ejercicio que se propuso ilustrar el fotógrafo japonés Rumi Ando, que ha creado esta colección de imágenes – debidamente retocadas – en las que todo el protagonismo es para esas estructuras arquitectónicas que pocas veces llaman tu atención y que, sin embargo, a través de su prisma, se convierten en cálidos y silenciosos cuadros.
Sí, silenciosos porque Ando se ha preocupado de eliminar cualquier rastro de vida humana. Una ciudad pintada usando colores pastel y sin vida humana. Ojo. Vaya.
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