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Historias de reinas y faraonas inesperadas…

Si no lo veo, no lo creo, nos decían. Crecimos así, en un mundo en el que todo lo que pasaba debía ser comprobado empíricamente, necesitábamos poner el dedo (perdón) en la llaga para confiar. Luego, nos fuimos relajando y dimos por bueno ese «lo han dicho en la tele» que se convirtió en una máxima indiscutible, otro gran mantra de la fe ciega. Sí. Ver. Creer. Real. Compleja relación que, por cierto, en pleno 2021 ya no tiene ningún sentido. Absolutamente ninguno.

Y es que en esta era en la que la tecnología hace que (casi) todo sea posible, ¿cuáles son los límites? ¿Qué es verdad? Puestos a ponernos retos y a jugar al engaño (consentido), ¿por qué no traerlos de vuelta?

Cruzcampo aprovechó que el 21 de enero Lola Flores hubiera cumplido 98 años para lanzar esta pieza que además de ser una campaña fantásticamente alineada con los valores de la propia cervecera, también ha supuesto una brutal y exitosa idea desde un punto de vista de viralidad y publicity, A todos nos ha llamado la atención volver a ver a La Faraona, redescubrirla en un contexto como el actual, rodeada de talento emergente como  la cantante y compositora María José Llergo, el colectivo musical Califato ¾ o los artistas gráficos Habla tu andaluz. Pura energía para devolver a la vida a Lola, y ponerla frente a toda una nueva generación, con un mensaje muy contundente: abraza tus raíces para sacar lo mejor de ti mismo.

Está será, sin duda, una de las grandes piezas de este año. Mucha creatividad se va a tener que invertir para lograr superar el efecto viral que ha logrado Cruzcampo. Mucha. Eso sin contar la fantástica difusión que están haciendo, conscientes de que tienen oro en sus manos. La idea y la ejecución merecen un 10 y, por supuesto, se lo han ganado – también – la cervecera, Ogilvy (la agencia culpable) y Metropolitana (made in Barcelona), los responsables del deepfake que ha devuelto a la vida a La Faraona.

Todo esto nos lleva, irremediablemente a una gran pregunta: ¿han llegado para quedarse? Es inevitable pensar que los deepfakes van a ser los nuevos reyes del contenido, ¿verdad? Y es que el de Lola no es el primer gran ejemplo de usos creativos de esta tecnología que hemos visto estos últimos meses. Por ejemplo, ¿recuerdas cómo bailó la Reina de Inglaterra para Channel 4, en navidad?

Ya puestos a rescatar a figuras históricas, ¿por qué no imaginar un regreso extraordinariamente surrealista? Algo así debieron pensar en la agencia GS&P cuando decidieron revivir – ojo – a Salvador Dalí para el Dalí Museum en Florida. “Art meets artificial intelligence”, decían. No puede haber mayor declaración de intenciones para una pieza que se compuso tras invertir más de 1.000 horas de machine learning en procesar 6.000 frames de viejos videos de Dalí, lo necesario para incorporar el rostro del genio de Figueres sobre el del actor que lo interpretó.

Y si Dalí, vive, la Reina se sincera, y la Faraona aplaude la diversidad, ¿por qué no usar los deepfakes para desenmascarar a algunos de los líderes políticos más polémicos del mundo en el que vivimos. Por ejemplo, ¿qué piensan sobre la democracia Putin o Kim Jong-Un? Nada de lo que vas a ver es real. Bueno… o sí:

RepresentUs, una organización anticorrupción lanzó esta arriesgada y polémica campaña a finales de septiembre del 2020 para alertar sobre la situación de la democracia en los States (visto en perspectiva, resulta estremecedor, ¿no te parece?). Una vez más, te animo a que encuentres las siete diferencias.

Por cierto, hablando de publicidad, los deepfakes también se están revelando como una herramienta muy útil para solucionar los retos de juntar a varios protagonistas de un spot en pleno confinamiento. Si el virus no deja que tus celebs viajen, no hay problema, la tecnología los hace compartir escenario en un momento. Sólo necesitas tres actores y sus caras… para Hulu fue pan comido:

Déjame que rescate un punto friky para recordar que los deepfakes también están devolviendo a algunos personajes míticos del cine, Por si todavía andas viendo The Mandalorian no te revelaré quién aparece en el último episodio de la segunda temporada (ya vas tarde), pero no te olvides de este otro momento imposible en la Saga de no haber sido por la tecnología. Aunque, claro, se podía mejorar y la magia de Internet lo hizo posible.

Es definitivo, vivimos en un mundo apasionante… pero también algo inquietante, ¿verdad?

Por cierto, si te pica la curiosidad, así se hace (¿parecía fácil?):

Y, si todavía quieres más, mira esta fantástica pieza de Metropolitana (de verdad que te recomiendo que visites su web) en la que la tecnología Deep Fake sirve para resucitar a otra persona, aunque en esta ocasión con fines muy diferentes, con la firme intención de hacernos mirar de frente hacia otra de las sombras de este mundo en el que vivimos, la intolerancia. La historia de Julio Zúñiga te hará reflexionar en muchos sentidos.

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