Es muy posible que si alguien te hubiera preguntado, en 2016, dónde estaba Wuhan tu respuesta hubiera dibujado un silencio confuso. ¿Corea del Sur? Había una peli de un tren que iba a… ah, no, que eso era Busan. ¿Japón? No, sonaba oriental pero no japonés, lo sé. Entonces, China. Sí, era la solución fácil pero tal vez más por descarte que por otra razón. Cinco años más tarde, casi puedes ponerlo en un mapa, es más, seguro que has escuchado infinidad de veces la referencia a su mercado, ese lugar en el que, supuestamente, nació la pandemia que marcará toda nuestra generación.

Ah, el Mercado de Wuhan. Casi parece un lugar mitológico. Se ha escrito tanto, se ha especulado tanto, se ha debatido tanto sobre ese lugar que uno no sabe cómo imaginárselo. ¿Qué tipo de personas lo poblaban? ¿Quién compraba allí? ¿Cómo era? Casi es leyenda, ya. Por eso me ha encantado encontrar esta serie del fotógrafo italiano (milanés, para más señas)  Alessandro Zanoni quien justo ese año (en 2016) estuvo viviendo allí, al lado mismo, y decidió dedicar unas cuantas horas a inmortalizar la vida (nocturna) del mercado.

El resultado es un retrato posiblemente fiel de un lugar que, con toda probabilidad, ocupará páginas poco glamurosas en los libros de historia, pero que – visto lo visto – guardaba (y guarda) infinidad de historias que, tal vez, nunca se llegarán a explicar.