Cuenta el artista y fotógrafo polaco ErikWitsoe que «me fijo en las manos allá donde voy. Tal vez se deba a mis años como artista y cocinero, cada profesión tiene su propio énfasis en el uso de las manos, centrándose en ellas y en el trabajo que producen, pero independientemente de cómo se haya desarrollado mi enfoque, como fotógrafo presto especial atención a las manos y a las historias que pueden contar. Señalando, agarrando, enfatizando, comiendo, gesticulando, sosteniendo o trabajando, las manos transmiten anécdotas urbanas que les son propias«.
No creo que haga falta explicar mucho más. Sus fotografías hablan por sí mismas. Y, la verdad, el relato es más que interesante. En esta época de narrativas épicas, me quedo con las cosas más simples y naturales. Como una buena caricia.
Enjoy.





















































