De vuelta al fantástico arte del collage. Seguro que hay mucho por descubrir, seguro que hay muchos artistas que nos dejarán sin palabras cuando descubramos su talento o cuando asistamos atónitos a la exhibición de sus habilidades. Seguro. Quizás eso es lo que te pasará, hoy, cuando te encuentres cara a cara con las creaciones del genio francés Matthieu Bourel. Y es que no es simple dominar – así, dominar, sin más – la técnica del collage. No lo es. Pero menos aún resulta ser capaz de darle la vuelta para convertirla en un formato tan evocador como el que él consigue construir. Obra a obra. Pieza a pieza. Y nunca mejor dicho.
Bourel ha logrado masterizar sus collages mezclando técnicas. Por un lado, utiliza las más tradicionales, cortar y pegar, de puro manual, pero no deja de lado la edición y animación digital. Gracias a ello, su obra se convierte en un escaparate fantástico para la creatividad desatada. Una especie de muro infinito en el que cualquier historia puede ser explicada, en el que la fantasía y la narrativa visual se dan la mano para llevarte, en un viaje sin escalas, directo a su imaginación.
Y menuda imaginación, por cierto. Puro surrealismo. De ese que siempre apetece. De ese que no sabes exactamente cómo te sienta, pero que te remueve. Y ya nos va bien que nos remuevan, que suficiente mediocridad tenemos alrededor.
















































