«Si le entregas la gestión de tu civilización a las máquinas, pierdes el incentivo para comprenderla tú mismo«. Esto no lo digo yo, es la voz contundente de E.M. Forster en «The Machine Stops”, pero nos invita, sin duda, a reflexionar sobre la compleja (cada vez más) relación entre las máquinas y los humanos. Entre la IA y nuestra propia inteligencia. Entre el futuro y el presente.
Y es que más allá de las batallas que hemos visto en Matrix o en Blade Runner (pura cultura pop, ya sabes), más allá de esa aparentemente bélica convivencia en la ficción, es evidente que nos acercamos inexorablemente al momento en el que la IA de propósito general esté entre nosotros. Por esa razón es importante comprender que no sólo estamos aquí para asistir como simples espectadores a una nueva evolución. En absoluto. Jugamos un papel esencial.
Para explicártelo, te invito a dedicarle 5 minutos de tu tiempo a este fascinante corto de animación de TED Ed que está aquí, en Phusions, por dos razones. En primer lugar porque la historia que cuenta me parece muy ilustrativa de la realidad en la que vivimos. Nos pone ante un reto que debemos asumir como propio, que debemos gestionar no sólo pensando en nuestra generación sino, muy especialmente, en la que está por venir. La referencia a Wall-E (sí, Disney, no me he equivocado), más allá de lo simpático, nos debería hacer levantar (literalmente) de la silla y empezar a andar en la dirección correcta. Y, en segundo lugar, porque el arte con el que se ha construído esta pieza me ha parecido brillante. Al final, Phusions es Phusions por cosas así, ¿no?
El estilo de esta producción de AIM Creative Studios, muy cercano a la distopía, con un guiño retro nada disimulado y esa saturación intensa, te remueve. Te inquieta. Y con ello logran cumplir con el objetivo de su director, el alemán Cristoph Sarow y de todo el equipo creativo que han trabajado en hacerla posible.
Y no te cuento más, porque lo harán mucho mejor ellos. Así que siéntate y escucha. Igual vas a entender mejor algunas cosas que nos pasan… y que nos pasarán.










