Hoy te propongo descubrir a Dasha Pears, una artista finlandesa que (más allá de los múltiples premios que ha recibido) es extrañamente fascinante. Cautivadora. Probablemente esto sea consecuencia de su habilidad al otro lado de la lente, de cómo conduce tu mirada hacia la suya, y cómo usa la técnica y todos los recursos que están en sus manos, para transportarte a un mundo que no sabrías decir si es suyo o tuyo. Ajeno, o propio. Cuesta decirlo. Por eso, como decía, resulta fascinante.
Las obras de Dasha cuidan la estética con sumo detalle pero, al mismo tiempo, «son como puertas a un universo surrealista donde cualquier estado psicológico se convierte en algo bello«. Para lograrlo, Pears se vale de recursos típicos del surrealismo y del minimalismo, y de un uso del color, y la manipulación digital sorprendente. El resultado son historias visuales «con una vuelta de tuerca» en las que casi todo es posible.
En mis historias, hablo de los asuntos psicológicos más profundos, sacando a la luz cosas que normalmente se consideran sin pretensiones, haciéndolas brillar con colores diferentes y estéticamente atractivas.
Dasha Pears
Dice Dasha que su arte da a los espectadores «la oportunidad de estar en paz consigo mismos, proporcionando un efecto casi físicamente calmante en la psique humana». Yo no sé si es cierto, pero si te puedo asegurar que el ejercicio que te tragio hoy, estas Geometries of Thought resulta, como mínimo, hipnótico. Y no me parece una mala forma de empezar a jugar con esa psique.

Nuestros cerebros han evolucionado para ver patrones y trabajar con símbolos para ahorrar energía y poder detectar rápidamente el peligro o la comida. Vemos una forma e inmediatamente la asociamos con algo familiar, construyendo una historia sobre ella: «Ese rectángulo es un edificio y no voy a ir allí». El proceso suele ser rápido e inconsciente. Rara vez nos cuestionamos cosas sencillas de la vida cotidiana que vemos a nuestro alrededor cuando estamos concentrados en algo más importante. El momento en que empezamos a notar alineaciones extrañas e interesantes en las geometrías que nos rodean es emocionante. En realidad, nada cambia, es el mismo rectángulo. Lo que ha cambiado es nuestro punto de vista y, por tanto, nuestra sensación al respecto. Ahora podemos construir una nueva historia, esta vez conscientemente, y ver las cosas familiares bajo una nueva luz. El proyecto ofrece unas perspectivas inusuales para que la mente juegue y establezca nuevas conexiones.
Dasha Pears













