En realidad, estés en la fase que estés, más o menos, sigues confinada. Esa es la realidad. Vale que igual ya puedes salir un poco más que los que vivimos en un cero constante (sin rencores, ¿eh?), pero tampoco te pienses tú que es tan diferente. No. Así que voy a responder – por ti, si hace falta – la pregunta con la que abría esta pieza y te diré que como – efectivamente – sigues confinado, igual es una buena idea jugar a las cartas.
Y tú me querrías preguntar – o no – ¿de dónde viene, ahora, esta pasión por las cartas? Ya. La verdad es que no te falta razón, porque yo soy malo jugando con corazones o con espadas, me es igual, Mi cara de póker no funciona – y si lo hiciera tampoco te lo reconocería aquí, por si alguna vez la he de poner a prueba contigo – y lo de contar cartas me da una pereza enorme – flipo con la capacidad de retener números que algunas personas tienen… sí, hablo de ti -. Así que no, que yo las barajas sólo las uso para perder mi dignidad en verano, en la playa, y a veces ni eso. Como mínimo hasta que he descubierto, hoy, estas Cards Against Corona.
Daniel Bech y Casper Nielsen forman el duo de diseñadores Oimachi. Como consecuencia del bajón de trabajo que han tenido durante el confinamiento, y necesitados de darle un giro a su historia, decidieron contactar con 55 diseñadores de todo el mundo (y de todas las edades) para que cada uno de ello/as visualizaran cómo estaban viviendo la pandemia a su rollo, según su propia inspiración y creatividad.
El resultado es muy curioso, casi diría fascinante. Color, originalidad, 30 nacionalidades diferentes se esconden detrás de esta baraja de cartas que es, por encima de todo, una oda al diseño y al arte que tiene, además, fines benéficos. Y es que el 100% de la recaudación irá directo al COVID-19 Solidarity Response Fund for WHO (ya sabes, la OMS).
Y es que las buenas ideas se han de celebrar. Y más si se puede jugar con ellas…