Dime, ¿te acuerdas de todo lo que querías ser cuando tenías quince años? (Si todavía los tienes o te quedan cerca, contéstame dentro de 15 o 20 años, no hay problema). Existe algo melancólicamente romántico en recuperar aquellos años, echar la mirada atrás y perderse en el recuerdo de lo que soñábamos entonces. Por esa razón, las – fabulosas – pinturas de Mark Tennant resultan tan magnéticas.
Tennant te lleva directo a lo que fuimos, o a lo que veíamos a nuestro alrededor, a las aventuras que contamos o que nos contaron, a los momentos que empezaron a construir nuestro futuro. Ese que, hoy, es nuestro presente. Porque lo que fuimos explica lo que somos.






















































































