¿Fan? No, muy fan. Mucho. Especialmente en días como el de hoy en el que me apetece, demasiado, perderme en una caja de dulces y que no me encuentren hasta que no quede ninguno. Así. Pam. Que ya, que no es bueno, que si el azúcar tal, que si los ultraprocesados tal cual, y que sí a todo, pero – en serio – que a veces es justo lo que necesitas para pasar página a un día duro. Así que, me repito e insisto, fan (sí) de errorerror studio, de Valencia, un lugar en el que la creatividad vive en un altar y los errores dan pie a encuentros fabulosos.
Y es que, con proyectos como este en el que experimentan con formas, colores, texturas y dimensiones usando, como modelo, chuches (llámalas como quieras), todo lo demás puede esperar mientras te pierdes en sus otros proyectos (no sé si definirlos como más serios, ¿para qué?). Esto es Jelly®.
De verdad: Sweets for my sweet, sugar for my honey. Y punto.














