Ella es Rachelle Meyer y me ha hecho viajar de vuelta a mi otro yo, ese que escribe historias, ese que cuenta vidas paralelas a la mía, ese que mira con curiosidad buscando detalles que le enciendan las ganas de explicar algo. Algo, por ejemplo una de esas pequeñas fantasías que me entretenía escribir hace más de una década. Y, mira por dónde, una de mis predilecciones eran los relatos que tenían lugar en un tren.
Justo ahí conecto con Meyer y esta maravillosa colección de bocetos dibujados a mano alzada durante sus trayectos ferroviarios. Lo que empezó como una distracción, se acabó convirtiendo en una curiosa forma de relatar sus viajes, su mirada. Esta fascinante artista norteamericana, que ha ilustrado libros propios y ajenos, es sin duda, una gran retratista de la vida. De la realidad. De los momentos más rutinarios, o más mágicos.
Tú decides…




























