¿O igual debería decir la Cara A…? Y es que estos últimos días, el Burning Man ha estado en boca de todas y todos por razones que nada tienen que ver con el show. Y es una lástima, porque más allá de que lo que pasa en el desierto no se queda en el desierto, el espectáculo está servido en cada rincón, en cada modelo, en cada juego visual.
Porque, no sé si tú lo ves igual, al final se trata sólo de eso, del show. De hacerlo más grande. Más ruidoso. Más futurista. Más distópico. Como si no hubiera un mañana, como si todo empezara y acabara ahí en Black Rock City, en medio de la nada de Nevada. Arte. Música.
Burning Man no es un festival. Es una ciudad en la que casi todo lo que ocurre es creado íntegramente por sus ciudadanos, que participan activamente en la experiencia.
Por eso, hoy, te invito a perderte en ese universo tan fascinante, en el imaginario que construyen todos sus habitantes, gracias a la mirada curiosa y a la lente fabulosa del fotógrafo francés Arnaud Moro. Lo demás, lo dejo para tu imaginación.
Enjoy…






















