Me ha explotado la cabeza. Ojo a esta puñetera maravilla de DDB Australia y Porsche porque, si eres de mi generación y tienes ganas de actualizar tu punto nostálgico, te va a encantar la propuesta que traigo hoy a Phusions. Y es que, con motivo del pasado GP de Australia de F1, los alemanes decidieron unir sus fuerzas con Atari para poner a prueba un par de sus Taycan ante un reto espectacular: hacerlos jugar al Pong. No, no lo has leído mal, dos coches, un (video)juego y, como pelota (si es que se podía llamar así), un dron. ¿Empezamos?

Va, pues déjame primero recordarte, por si no sabes de qué te hablo (ojo, boomer al aparato), que Pong fue un pionero en los videojuegos de arcade. Si, además, le sumas que (más o menos) utilizaba las reglas del tenis ya te puedes imaginar mi fascinación por él. Dos raquetas virtuales (dos líneas de píxeles, en realidad) se desplazaban por la pantalla intentando que la pelota (otro píxel inquieto) rebotara en ellas y pusiera en aprietos al contrincante. La de efectos que buscábamos. La de horas que le dedicamos a esa maravilla tecnológica. Conste que, todavía hoy, no digo que no a una buena partida…

Pues bien, DDB propuso recuperar esa emoción pero llevándola al terreno físico. Taycan Arcade sustituye las raquetas por dos modelos de la berlina eléctrica. El juego es pura luz. Pura electricidad. Pura intensidad. El dron que hacen viajar de punta a punta va (casi) tan rápido como esos coches que se desplazan ágiles por la pista. Y, lo reconozco, por mi mente sólo pasa una cosa: quiero conducir uno. Quiero jugar. Quiero ganar.

Por cierto, mención aparte para el piloto del dron (grande) y para la banda sonora. Oh. Wow.

Bravo, DDB Melbourne. Bravo Porsche. Bravo Atari. Simple, eficaz, vibrante, jugón… sí, jugón, porque si te apetece, te puedes subir a un Taycan Digital, elegir el color que prefieras y desafiar a la máquina jugando a la vieja usanza.

Lo dicho: me habéis conquistado.

Y de regalo, para los nostálgicos, un detalle: