El arte pertenece a los que saben observar.
Y los que saben observar pueden encontrarlo en todas partes.
En la naturaleza, en las ciudades, incluso en el hombre.
Sobre todo, el arte se encuentra en la luz.
Una luz que se difumina y que toma forma
en combinaciones inesperadas de situaciones
según las reglas que dicta el azar.
Y aquí, en esta serie Revid.C,
la «ciudad objeto» y la «arquitectura objeto«
encuentran una brillante suspensión,
un tiempo quieto que se convierte en otra cosa:
un espacio ilimitado para romper la uniformidad de las sociedades modernas.
No lo digo yo, lo dice un fotógrafo que no sólo hace poesía con su cámara, Gustav Willeit. Y, ¿sabes qué? Creo que es mejor no decir nada más.
Mucho mejor así. Sólo disfruta…








