El fotógrafo Andrii Denysenko se unió, en mayo, a los voluntarios que se encargan de ayudar a reconstruir los pueblos del óblast de Chernihiv, en Ucrania, dañados por el ejército ruso. Un total de 15-20 voluntarios van allí dos veces por semana y han restaurado más de 20 casas y ayudado a unas 150 familias con materiales para su reparación. Y suena así:
O así:
Denysenko decidió convertir esta experiencia vital en un proyecto fotográfico que ha ido documentando en su perfil de Instagram, Un proyecto que trata de esos voluntarios que mantienen vivas las historias de los lugareños. La creatividad la pone en la técnica, usando doble exposición en película. Blanco. Y negro.
El resultado choca, esa delicadez de la doble exposición contra la contundencia de las marcas de la guerra. Brutal












