No sé a ti, pero los domingos me conducen arriba y abajo como si estuviera montado en una montaña rusa, como si todo fuera posible, para bien o para mal. Arriba, al levantarme con un día entero por delante. Abajo, al avanzar y sentir el vértigo del lunes aquí. Aquí mismo. Así que he decidido regalarte (y regalarme) un rato de desconexión de la mano del artista norteamericano Rob Browning, un pintor que no sólo expone en algunas de las salas más importantes del país, si no que es un habitual creando historias visuales para organizaciones de la talla de Disney o General Electric, por nombrar dos.

Y sí, ya te dije hace unos días que estoy disfrutando especialmente del surrealismo. Llámalo etapa. Llámalo curiosidad. Así que cuando me topo con un artista que hace de este movimiento artístico su forma de expresión, me cautiva un poco más de lo normal. En el caso de Browning, además, su talento me (y te) interesa especialmente. Me mueve. De una forma intensa. Me lleva a crear historias. Me lleva hasta toparme cara a cara con mi propia creatividad.

Así que hoy, sin más, te invito a que te regales un paseo por esas siluetas que contrastan con espacios oscuros. La intensidad de sus pinturas te llevará a una versión alternativa de la realidad. La suya. Tal vez, la tuya. Tal vez ahora. Tal vez luego.